Un tanto anónima y sigilosa, nuestra historia cannabica comienza a tejerse en la década de los 60`s, quizás mucho antes, pero es en esta década cuando se comienza a hablar del consumo. En una primera etapa, se trataba de una variedad productora de cáñamo, ya sea para uso industrial y artesanal. En el valle central, norte chico y zona sur del país, existían plantaciones de cáñamo, que cubrían grandes superficies de tierra, varias hectáreas llenas con plantas de marihuana. Sin embargo, las características de aquella variedad de cáñamo hemp, eran muy diferentes al actual escenario.
Se trataba de variedades que tenían muy poco porcentaje de THC en su composición, aun asi, bastò con eso, para comenzar a dar nuestros primeros pasos como cultura cannabica. Son muchos los relatos de gente que iba a los Andes o “donde los huasos”, y que llevaban ropa, artículos eléctricos, radios, televisores, etc y que a cambio de eso, se traían, literalmente, sacos de marihuana, por lo que la abundancia de aquellos años, tenía como principal consecuencia, la más completa ausencia de tráfico.
La primera parte de nuestra historia cannàbica, se relacionaba con el movimiento hippie ABC1 y en gran parte, a las universidades y sus estudiantes.
Ya en la década de los 80’s y 90`s la venta de marihuana, ya estaba instalada en los sectores perisfericos de Santiago. Poblaciones simbólicas fueron las primeras en masificar el formato en “paquetes”. Se hablaba en aquel entonces de “Trilla”, que hacía alusión precisamente a lo que sobraba de los procesos de trilla de cáñamo, muy común por esos años. “Apalea’o”, que se refería al cáñamo sobrante de los sacos, cuya composición principal era de tallos y ramas (palos, de ahí la denominación) y quizás la “variedad” mas demandada de aquelos años, el famoso “soplao”, compuesto básicamente de los capullos de la semilla, por lo tanto su calidad psicoactiva, era muy superior a las anteriormente descritas. Ya a mediados de los años noventa, comenzaron a aparecer, tímidamente, los primeros paquetes de “cogollo andino”.
Como olvidar aquellos cogollo repletos de semillas, pero que igualmente se desfrutaba como un manjar de dioses. Posteriormente parece la marihuana prensada “paraguaya”, ante los cierres de estas fábricas cañameras, las plantaciones comenzaron a desaparecer, no así la necesidad de consumir y ante este escenario, aparece en Chile el famoso “prensado”…que estaría presente por casi dos décadas, hasta que la aparición de los primeros indicios de cultivos “indoor”, comenzaría, poco a poco, a forjar un cambio radical, en la cultura cannabica en Chile. De esta manera, comienzan a aparecer nombres un tanto extraños para nuestra soiedad, “Skunk”, “White Widow”, “Afgana”,”california orange”, son las primeras variedades que comienzan a generar atención. Poco a Poco van surgiendo también las tiendas de cultivo y accesorios para fumar, los famosos “Grow Shop”…todos estos nuevos actores, comenzaron a forjar una nueva historia en nuestra cultura cannabica, que hasta el dia de hoy, seguimos forjando, así es, con la convicción de seguir por la senda de la ciencia botánica, asi es, hoy estamos ante un enorme desafío, porque la evolución cannabica a nivel mundial, nos ha impuesto, la necesidad de ir creando, las mejores variedades del mundo…