El cultivo en exterior supone una serie de conocimientos que son necesarios, para que nuestro jardín crezca y se desarrolle de manera óptima. Las características edafoclimaticas de nuestro país, son generosas en factores y elementos propios de la climatología, que inciden de manera directa en nuestras plantas. Chile y su historia de cultivos, se ha nutrido a través de las generaciones de conocimientos diversos cuando de cultivos en exterior se trata. Muchos de estos conocimientos, se han forjado al alero de mitos y creencias populares, más que científicas. Por esta razón, Green United, a través de este manual, nos entregará información científica, para que de manera simple y sencilla, se conozcan los ciclos y requerimientos de nuestras plantas de cannabis cultivadas en exterior.
En el siguiente artículo os enseñamos los pasos a seguir y las técnicas a emplear para obtener una buena cosecha de marihuana en exterior. Obviamente podemos limitarnos a regar la planta y observar cómo sigue su proceso natural, pero eso no nos asegurará una cosecha cuantiosa y de calidad. Por lo tanto, si queremos un buen resultado debemos seguir ciertas pautas que resumiremos a continuación.
La elección del lugar depende mucho del espacio que dispongamos, prácticamente cualquier lugar nos sirve. Debemos escoger un lugar donde dispongamos de unas buenas horas de luz, para asegurarnos el crecimiento vigoroso de nuestras plantas.
El cultivo directo al suelo, supone una serie de requerimientos básicos para el correcto desarrollo de nuestras plantas. Lo más importante es la calidad del suelo, pues debemos verificar ciertas condiciones para que nuestro cultivo comience a desarrollarse de manera plena.
Un buen suelo, supone cierta estructura, textura y composición. Necesitamos un suelo rico en materia orgánica, para asegurarnos de la nutrición básica de la planta. Por otra parte, nuestro suelo no debe ser tan compacto, sino más bien con cierta textura, que nos permita, el correcto desarrollo y crecimiento de la raíz y segundo, que tenga buen drenaje, es decir, que nuestros riegos no se “apozonen” en la superficie. Si al momento de regar, el agua drena correctamente, tendremos una estructura ideal.
Si el suelo es muy duro y compacto, tendremos que pensar en una forma de “enmendar” dichas características. Picar el suelo, e incorporar humus de lombriz, es una muy buena alternativa, podemos mejorar su drenaje con algunas piedrecillas o si hay más recursos, con perlita o vermiculita.
Este ítem supone una gran variedad de técnicas y estilos para germinar nuestras semillas. La más utilizada por los cultivadores, es la técnica de la servilleta o de algún papel absorbente. Se moja el papel y se envuelven las semillas, de esta forma, la humedad contenida en la servilleta, más el calor que debemos entregarle, le otorgara las condiciones necesarias para su germinación.
Esta técnica asegura la germinación, pero también implica, un posterior trasplante a la maceta definitiva. Dicho procedimiento debe ser muy sutil, ya que muchas veces las semillas germinadas, no son correctamente trasplantadas y no prosperan.
La técnica más tradicional, es germinarla en pequeños contenedores con sustrato húmedo, es decir, poner la semilla directamente en la tierra.
También existen los “discos jiffys”, que son una especie de “pastillas” de turba prensada que se mojan, luego de absorber agua, se expanden, y se pone la semilla dentro de estos discos. La semilla una vez germinada, se incorpora al sustrato definitivo, con el disco incluido, así, no sometemos a trasplante a estas pequeñas plántulas, evitando algún cuadro de estrés.
La germinación de semillas en discos jiffys es una técnica es muy buena, ya que la semilla una vez germinada, literalmente se “entierra” en el lugar definitivo, sin exponer sus raíces a un exceso de oxigenación, de este modo, no se detiene los procesos enzimáticos de desarrollo. Al contrario de un trasplante desde la servilleta al sustrato, que si supone una exposición, por lo tanto, también una “adaptación”, que toma algunos días.Comprendiendo estos principios, seguiremos adelante con nuestro jardín.
En exterior, la fase de crecimiento o fase vegetativa, se da entre los meses de septiembre a diciembre – principios de enero. En estos meses, nuestras plantitas, estarán en constante crecimiento, básicamente de hojas y de su estructura, es decir, tallos y ramas laterales.
Por esta razón, su principal demanda nutricional es de Nitrógeno y en menos medida de Fosforo y Potasio (N-P-K) que son los macroelementos. Además de los requerimientos de microelementos.
Es importante, elegir productos o fertilizantes de la misma procedencia, es decir, si escogeré fertilización orgánica en crecimiento, luego en floración, deberé seguir con productos de procedencia orgánica, y evitar combinar fertilizantes minerales con fertilizantes orgánicos, pues el bloqueo de la raíz es inminente.
La fase de floración en exterior, para nuestro país, comienza técnicamente el 21 de diciembre, pero la asimilación de las plantas a esta nueva fase fenológica, tarda algunas semanas en manifestarse. A mayor presencia de genes sativos, más prolongada y lenta será la manifestación de la floración. Al contrario, mientras más genes índicos, más rápida será la floración.
Durante las primeras semanas de floración, nuestras plantitas, comenzaran a demandar una nutrición, cuya composición sea mayoritariamente fosforo y potasio, reduciendo el requerimiento de nitrógeno.
Físicamente se apreciará un gran estiramiento de su estructura, donde tallos y ramas laterales comenzaran a crecer de manera más dinámica, formándose poco a poco, las yemas fértiles, que serán los futuros nudos de la planta. Es precisamente de estas estructuras, desde donde nacerán los futuros cogollos de nuestras variedades de cannabis. A mayor cantidad de yemas fértiles, mayor cantidad de cogollos, por lo tanto, en las primeras semanas de floración, se aplica algún producto que estimule la aparición de estas yemas.
El producto indicado, son los denominados “bioestimulante de floración”, los más utilizados son el Delta 9 de Cannabiogen, Top Max de Bio Bizz, Big Bud de Advanced Nutrients, y varios más.
Cabe señalar que estos productos son un complemento a la fertilización base de floración, no la reemplaza.
La fertilización base en la floración, debe seguir algunos parámetros similares a la nutrición vegetativa, es decir, escoger solo una línea de fertilización ya sea orgánica o mineral. La opción orgánica de fertilización, es mucho más amigable con el medio ambiente y la fertilidad del suelo, ya que la acumulación de sales es mucho menor. Por otra parte, es menos invasiva al paladar, ya que la fertilización mineral produce sabores indeseados, precisamente por las sales que se van acumulando en sus raíces.
Si nuestro objetivo es cultivar incrementando sabores y texturas, la mejor opción es la nutrición organica. A diferencia, la nutrición mineral es mas invasiva, pero produce resultados de mayores dimensiones, por ende, de mayor peso.
Algunos productos organicos, base para la fertilización en floración son:
Por nombrar solo algunos, entre muchas opciones
Algunos fertilizantes para floración, de origen mineral son:
Por nombrar algunos, de las muchas opciones que nos ofrece el mercado.
Si hemos logrado fertilizar nuestras plantas de manera correcta, el desarrollo de los frutos será de primera calidad. Durante las primeras semanas de floración, comenzaran a notarse la aparición de yemas fértiles en la estructura de la planta, yemas que poco a poco comenzaran a cubrirse de pistilos blancos, y estos pistilos crecerán sobre los cálices, que también irán creciendo de manera notoria durante las primeras semanas.
Al principio de la quinta semana, ya tendremos más formado nuestros cogollitos, y con su manto de resina en pleno desarrollo. Este, es el momento ideal para aplicar algún producto complementario a la base de fertilización. Conocidos en el mercado como “Potenciadores” o los denominados “PK”, que están formulados con adiciones superiores de Fosforo y Potasio, para cubrir cualquier carencia que pueda, eventualmente desarrollarse en floración.
Por lo tanto, incluiremos este producto a nuestra fertilización base, y aplicaremos hasta 2 semanas antes de cosechar. Cabe resaltar la vital e imperativa necesidad de respetar las dosificaciones recomendadas por los fabricantes, ya que la “sobrefertilizacion”, es uno de los problemas más recurrentes en la mayoría de los cultivadores.
Distintas imágenes, distintos excesos. Debemos tener muy claro, que la fertilización se trata de microdosis, por lo tanto debemos acostumbrarnos a manejar pequeñas cantidades de productos en nuestras formulaciones, asì, evitaremos estos malos ratos, que muchas veces nos pueden arruinar el proyecto completo, en cualquier fase de la planta.
Esta opción es bastante utilizada, pues muchas veces no disponemos del suelo directo, por lo tanto, la elección de una maceta correcta, será determinante para el desarrollo de nuestro cultivo.
Para exterior, una maceta de por lo menos 20 litros, anduviera muy bien. El sustrato dependerá de los recursos de cada persona. Están las alternativas del mercado, como “light mix”, “all mix”, “complete mix”, “coco mix” y muchas otras alternativas. Si no disponemos de esos sustratos, podemos preparar nuestro propio sustrato.
Una vez que nuestra plántula tenga un par de hojas, ya estara preparada para comenzar con su fase de crecimiento o fase vegetativa. Durante esta etapa, debemos focalizarnos en la prevención y en la nutrición.
Solo por mencionar algunos, evidentemente hay muchas marcas y productos que complementan los fertilizantes base.
Básicamente una mezcla de tierra orgánica, mas humus de lombriz, o alguna turba, incluso, la tierra de hojas nos sirve para preparar esta mezcla, ya que de este modo aseguramos una calidad en materia orgánica, muy necesaria para nuestro cultivo.
La acción de plagas y/o enfermedades suele ocasionar muchos problemas para los cultivadores, además suponen, una serie de acciones y aplicaciones que pueden comprometer la calidad de nuestras flores. Por esta razón lo mejor es prevenir. La aplicación de productos para prevenir la acción de insectos, es muy variada. Existen en el mercado una serie de marcas y opciones para esto. Una muy buena opción, es incorporar al riego, o aplicar de manera foliar, un producto que nos ayude a reforzar el sistema inmunológico de las plantas. El Silicato de potasio, es una muy buena alternativa, pues refuerza el sistema inmunológico de la planta, otorgándole mayor vigor, engrosando la pared celular, haciéndola casi impenetrable para plagas, además el Sílice, ayuda mucho en la asimilación de nitratos y macroelemntos por parte de la planta. Esto nos asegurará un crecimiento vigoroso y sano.
También existen alternativas artesanales, nos referimos a los populares “Purines”, que no son más que síntesis, mediante fermentación, de algunos compuestos útiles para la prevención, provenientes de alguna plantas.
Para su elaboración, se requiere un balde de plástico de unos 20 litros de capacidad. Ponemos en su interior la materia vegetal de la cual haremos nuestro purín, a razón de unos 100 grs de materia vegetal seca, por un litro de agua tibia. Luego tapamos el balde, procuraremos que la tapa tenga algunos orificios y dejamos reposar por un periodo de 2 a 3 semanas. Al cabo de este tiempo, sacamos nuestra fermentación, colamos, y obtendremos un producto completamente natural, y muy eficiente con la prevención de plagas.
El purín de ortiga, es una de las mejores opciones, pues además de prevenir, es rico en Nitrógeno, razón por la cual, aportará con la nutrición y el vigor de la planta.
Purín de ajo, También produce excelente resultados para la prevención, ya que la solución termina siendo urticante para los insectos, los cuales simplemente huirán.
Purín de Cebolla, Muy eficaz en el control y prevención de plagas y enfermedades, pues aporta con la sanidad del aparataje foliar de nuestras plantas.
Purín de tabaco, altamente eficaz y urticante para insectos. También para combatir plagas si estas ya están presentes en nuestros cultivos.
Purín de Geranio (En Chile, popularmente la llaman cardenales), muy eficaz contra plagas, básicamente por su composición rica en piretrinas.
Y así, existe una amplia variedad de plantas que nos pueden ayudar al control y a la prevención de plagas.
La clave de un buen cultivo está básicamente en la dedicación que destinemos a nuestros cultivos. La correcta fertilización, un buen riego, y una correcta nutrición, nos permitirán optimizar nuestros jardines, con el minino esfuerzo.
La prevención, es muy importante, pues debemos incorporar a nuestras conductas como cultivadores, la aplicación de algún producto que me ayude a prevenir la acción de plagas y enfermedades.
Un correcto riego implica mantener en el sustrato niveles de humedad adecuados, que no implique un exceso o una carencia, sino una cantidad “prudente”. La raíz debe tener un sustrato con una composición y textura que le permita el correcto crecimiento, por lo tanto, un sustrato con exceso de agua, no permitiría el desarrollo de un pan radicular sano.
Una correcta nutrición vegetal, implica comprender ciertos principios básicos, como por ejemplo, el PH (Potencial de Hidrogeno), que nos dara nociones de la cantidad de sales presentes en las soluciones a aplicar. El PH correcto para los cultivos en exterior, suele ser neutro, es decir, dentro de un rango de 5,8 – 6,8 aproximadamente.
Por lo tanto, nuestros riegos, deben ser con agua cuyo PH este dentro de estos márgenes, al igual que nuestras soluciones con fertilizante, deberemos formularlas sin pasar por alto un tema tan importante como el PH.
Los excesos de sales o carencias de estas, suelen traer consigo algunas dificultades, que afectan básicamente a la raíz de nuestras plantas, generando bloqueos radiculares, es decir, las raíces poco a poco van perdiendo su capacidad para absorber y translocar los nutrientes.
Un color verde homogéneo, es un buen indicador para saber que nuestra planta está siendo fertilizada de manera correcta en la fase vegetativa.
